Por fin llegó el día. Nuestros jóvenes asistieron al encuentro vocacional enmarcado en la JMJ. Como muchos habréis visto ya por los enlaces que transmitieron la señal de televisión del evento, miles de chicos, chicas y familias enteras se levantaron para ofrecer su vida al Señor, para ponerlo en este momento como único Norte en sus vidas.
Hoy tienen otra cita muy especial. Visitarán esta tarde el campo de exterminio nazi de Auswitch donde se calcula murieron un millón cien mil seres humanos, el 90% de ellos judios. Por ello, os voy a dejar un enlace que espero os ayude a entrar en comunión con nuestro grupo, la oración que aún resuena entre las paredes de los barracones de Austwich.
Por cierto, notad como en estas crónicas no os damos las experiencias personales de los jóvenes. Esto tiene como motivo el dejarlas para la celebración que realizaremos en la parroquia a la vuelta de nuestra expedición.
Esta es la crónica de hoy:
Ayer no pudimos adquirir ningún souvenir en el santuario porque era tarde y estaban ya cerradas las tiendas. Muchos lamentábamos el no poder llevarnos una imagen de María de Jasna Gora.
Hoy se celebraba el encuentro vocacional con el equipo iniciador del camino neocatecumenal y los jóvenes del mundo aunque, por vez primera, Carmen Hernández nos acompañaría desde el cielo. Queríamos llevar comida, salir con tiempo para asegurarnos un lugar en la esplanada donde Kiko y el padre Mario nos iban a anunciar el Kerigma. Y he aquí que, muy tempranito, el Señor nos tenía guardada una sorpresa. Mientras se hacía el reparto de la comida, antes de subir al autobús ha aparecido un hombre que vendía pequeños iconos imantados con la imagen de la Virgen, ¡qué alegría! y qué contento se ha ido el hombre, ¡los ha vendido todos! Una vez más, Dios provee.
Chestokova amanecía entre nubes y lluvia como forrada por un bello manto de terciopelo verde, ¡cuántas variedades de verde juntas Dios mío! De camino al encuentro hemos rezado Laudes teniendo de fondo la palabra vocación. Ya desde la monición ambiental, Ana nos animaba a escuchar, a tener el oído abierto para conocer cuál era la voluntad de Dios en nuestras vidas ya que la primera vocación es ser cristiano. El evangelio del día, nos presentaba la multiplicación de panes con los que se daba de comer a una multitud. Enrique, el presbítero, nos decía entre otras cosas: «Dios sabe lo que tiene que hacer con cada uno. Está vivo en tu vida, te da coraje para llevarla adelante. La yerba es la Iglesia que te acoge, deja que te recuestes en ella y te alimenta de la mano de sus discípulos, entra en humildad. Si tú te preguntas ¿qué va a hacer Dios conmigo? yo te lo digo: obras grandes. La Eucaristía se parte por ti para que seamos transmisores de Dios. La vida cristiana es una vida en oración. A través de María llegamos a Jesús y conociendo a Jesús llegamos al Padre. Pregunta a Dios en estos minutos de oración: ¿qué quieres de mí? ¿dónde voy a ser feliz? Concédeme esta gracia, ser feliz haciendo tu voluntad.»
Entre tanto, la lluvia nos acompañaba en algunos tramos de la carretera. Si el Señor nos concediera que no lloviera durante el encuentro… Ángel de la Guarda, dulce compañía…
A pesar de las retenciones, hemos llegado pronto al lugar indicado pudiendo elegir un buen sitio. Lavabos, pantalla, yerba alta, suelo mullido…se estaba cumpliendo el evangelio, recostados sobre la yerba, por grupos, compartiendo comida, agua, mochilas, velas, bolsas. Otra vez: Dios provee.
Unos espesos y negros nubarrones amenazaban lluvia, paciencia…Ángel de la Guarda, dulce compañía…
Pronto llegarían Kiko y el padre Mario y empezaría el encuentro. Los nubarrones han tomado otro rumbo. Echábamos de menos a Carmen, seguro que estaba intercediendo desde arriba para que no lloviera. Kiko nos ha saludado con un nuevo canto. Después nos ha recordado mediante la proyección de un vídeo una de las mejores intervenciones de Carmen de hace unos años defendiendo a la mujer como la fábrica de la vida, hablando con valentía de la virginidad, del aborto, del matrimonio. Entre predicación y predicación aparecía un hermano conocido por aquí, otro por allá y se ha producido un verdadero encuentro tanto con Dios como con los hermanos.
Kiko nos ha invitado a contemplar el misterio de la transfiguración que tanto apasionaba a Carmen y ha insistido en la importancia del Camino para ayudar a hacer crecer la fe y la esperanza en la vida eterna. Cautivados por la palabra, nos hemos olvidado de las negras nubes que ahora nos servían de sombra. Se nos ha hinchado el corazón de celo por anunciar el Evangelio en gratitud a Dios que es el amor absoluto pues todo lo ha creado para nosotros, seres únicos en el universo, con nombre y apellido, con un Reino preparado para acogernos como personas libres. Cristo quiere ser uno contigo, quiere darte un corazón grande.
También el padre Mario nos ha dedicado unas palabras destacando la importancia del Concilio Vaticano II y de cómo el Camino lo ha llevado a la práctica. Muchos de los jóvenes allí presentes, la mayoría, son frutos del Camino, del amor sin barreras que sus padres cristianos se han profesado. Se han hecho las llamadas a la vocación y el Espíritu ha sido generoso, 3.000 chicos, 4.000 chicas y 2.000 familias, miles de vocaciones han culminado el encuentro. Y así, entre cantos y bailes nos despedíamos, aplaudiendo a las fuerzas de seguridad, voluntarios y demás personas que han hecho posible esta maravillosa celebración.
La llegada al hotel, una buena ducha y una cena exquisita han coronado este día lleno de esperanza y de júbilo. La nubes también se despedían dejando asomar a un sol que nos saludaba tímidamente antes de su ocaso.
Gracias Señor, gracias Ángel de la Guarda, gracias Kiko Carmen y Mario.
Hasta mañana, rezad por nosotros. Desde aquí no paramos de hacerlo por vosotros.
Gracias por vuestras oraciones. Gracias por las crónicas. Todas nos han encantado y las hemos esperado con ansia. Que el Señor bendiga a quien las ha escrito y han hecho posible que lleguen. Nos han hecho comprender todo lo que hemos visto en la tele y revivirlo con vosotros. Nos han puesto en comunión con vosotros y han hecho que nuestra oración haya sido más frecuente y profunda. Que el Señor os bendiga
Gracias por las crónicas,por vuestras oraciones porque he podido recibir un soplo de aire fresco que tanto necesitaba,la brisa de Elias,la alegría de la esperanza.Unidos en la oración.GRACIAS.