Os deseo a todos una feliz Pascua de Resurrección, que podáis experimentar que el “El Señor resucitó y vive entre nosotros”, como canta la liturgia.
San Elredo de Rieval, en una de sus homilías litúrgicas, compara a Jesús con Sansón y al filisteo con el demonio. Ya conocemos las asechanzas y las trampas de que se valían los filisteos para derrotar a Sansón y también conocemos las asechanzas del demonio para desviar al Señor de su misión cuando directamente le propone: “…di que estas piedras se conviertan en pan”, “tírate abajo porque los ángeles te recogerán…”. Otras veces este “filisteo”, a través de los fariseos le presenta cuestiones para “cazarlo”, por ejemplo: ”¿pagamos al Cesar o no pagamos?, o “esta mujer ha sido sorprendida en adulterio; la Ley dice… tú ¿qué dices?…etc.
EL ÚLTIMO INTENTO
Sansón, el filisteo está sobre ti: “SI ERES HIJO DE DIOS, BAJA DE LA CRUZ”. ¿Quieres que Jesús baje de la cruz, que rompa las cadenas?. Insistes, oh filisteo, en que Jesús se baje de la cruz para que no muera, presintiendo en su muerte tu destrucción, el despojo del infierno, el aniquilamiento de tus entrañas.
Sus cabellos habían crecido cuando Pedro comenzó a llorar amargamente después de la negación, cuando ya estaba junto a la cruz el discípulo que antes había huido, aquel a quien Jesús amaba, cuando el centurión y sus acompañantes exclamaron: “verdaderamente este era Hijo de Dios”, cuando el ladrón, desde lo alto del madero, le confesó como Dios y como rey. Mas El exclamó: ”muera aquí Sansón con los filisteos” (“tembló la tierra y las rocas se rajaron”). Porque tuvo potestad para dar la vida y para recobrarla.
Tenemos la oportunidad de celebrar semanalmente la Pascua en el “día primero de la semana”. Os invito a mantener el nivel del día de la Resurrección, a buscar el encuentro con el RESUCITADO Y CON LOS HERMANOS.
La eucaristía es PHARMAKON ATHANASIAS (perdonad el “palabro” que, naturalmente, no es mío sino de los padres griegos), REMEDIO QUE DA LA INMORTALIDAD, esto es lo que significa y realiza, refiriéndose a la inmortalidad de una vida no puramente “espiritual”, sino a la vida humana real, corporal y espiritual, introducida en la plenitud divina (Guardini).
Sigamos de cerca el relato de los testigos de la resurrección y reconoceremos a Jesús en “la fracción del pan”, y compartiremos la alegría de la comunidad.
Antonio Pajares
CORPUS CHRISTI.